La Nebulosa de la Flama es algo que sobresale en las imágenes ópticas de las polvorientas y apiñadas regiones de formación estelar en dirección del cinturón de Orión y de la estrella más oriental Alnitak, a sólo 1,400 años luz de distancia.
Los rayos de luz que vienen de los discos de acreción alrededor de un par de agujeros negros supermasivos orbitándose mutuamente, se abren camino a través del torcido espacio-tiempo producido por la extrema gravedad en esta impresionante visualización computarizada.
La brillante galaxia elíptica Messier 87 (M87) es el hogar del agujero negro supermasivo captado por el Telescopio del Horizonte de Sucesos del planeta Tierra en la primer imagen de un agujero negro. M87, una gigante del cúmulo de galaxias de Virgo a casi 55 millones de años luz, es la galaxia grande representada en tonos azules en esta imagen infrarroja del Telescopio Espacial Spitzer.
Esta onda de choque de una supernova está abriéndose paso a través del espacio interestelar a más de 500,000 kilómetros por hora. Cerca del medio y moviéndose hacia arriba en esta muy detallada composición a color, los filamentos delgados, brillantes y entretejidos son en realidad largas ondulaciones en una lámina cósmica de gas resplandeciente vistas casi de lado.
¿Qué tan rápido se bambolean las partículas elementales? Una respuesta sorprendente a esta pregunta aparentemente inconsecuente salió del Laboratorio Nacional en Brookhaven en Nueva York, EUA, en 2001, e indicaba que el Modelo Estándar de la Física de Partículas, adoptado ampliamente en la física, está incompleto.
¿Qué hace brillar a la Nebulosa de la Flama? A mil quinientos años luz de distancia en dirección de la constelación de Orión se halla una nebulosa la cual, por su resplandor y las franjas de polvo oscuro, a la izquierda, parece un fuego inflado.