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Algo sobre Venus

Por José Ricardo Lewy (ASTRO)
Recientemente ha corrido la noticia que se ha descubierto que las nubes altas de Venus contienen fosfina, llamado también fosfano (o fosfuro de hidrógeno o hidrógeno fosforado), una sustancia gaseosa que en la Tierra sólo se produce a nivel industrial o por microbios que prosperan en entornos libres de oxígeno (anaerobios).

La fosfina ( de fórmula química PH3) es un gas incoloro, inflamable, que explota a temperatura ambiente y que huele a ajo o a pescado podrido. Es usado en las industrias de semiconductores y de plásticos, en la producción de un retardador de llamas y como plaguicida en almacenamientos de granos.

En la Tierra, hay dos posibles formas para la producción de este gas. La primera implica una fabricación industrial. De hecho, la fosfina se produjo también para usarse como arma química durante la Primera Guerra Mundial. Una posibilidad es que en Venus podrían haber procesos geoquímicos desconocidos que la estén produciendo.

La otra forma como puede aparecer en la atmósfera es que se genere por la actividad de ciertos microorganismos capaces de sobrevivir en ambientes sin oxígeno. El hecho de que sea un gas que puede generarse por medio de algunas bacterias es la razón que haya sido propuesta como marcador biológico, indicativo de la posible presencia de alguna forma de vida, aunque los científicos reconocen que confirmar la presencia de vida necesita de mucho más investigación, ya que la fosfina se puede producir por procesos no biológicos. No necesariamente se produce por la presencia de vida. Los investigadores han sido muy claros al respecto. Sara Seager, co-autor del artículo publicado en la revista Nature expresa: «No estamos afirmando que hemos encontrado vida en Venus, estamos afirmando una detección confiable de fosfina gaseosa cuya existencia es un misterio».

Venus es el segundo planeta en distancia al Sol, el más brillante y bastante similar en tamaño a la Tierra.

Es el planeta más caliente del Sistema Solar. Además de que las temperaturas superficiales alcanzan los 500º C., se dan lluvias de ácido sulfúrico. La presión atmosférica sobre su superficie es 90 veces superior a la de la Tierra. En Venus nos quemaríamos, nos derretiría el ácido y nos aplastaría la presión.

La atmósfera de Venus se compone principalmente de dióxido de carbono (CO2), con nubes de ácido sulfúrico (H2SO4) y cantidades muy pequeñas de agua. Es muy gruesa y densa, lo que ocasiona que los rayos infrarrojos solares, al llegar a su superficie, provoquen que el calor quede atrapado en el planeta. Es algo similar a lo que ocurre en la Tierra con el “efecto invernadero”, pero en Venus el fenómeno está exagerado. Definitivamente un lugar muy poco atractivo para visitar.

Las montañas más altas en Venus, los montes Maxwell, llegan a tener alturas de 11,000 metros.

Los antiguos astrónomos pensaban que Venus eran dos cuerpos diferentes, porque unas veces se ve un poco antes de salir el Sol y, otras, justo después de la puesta y siempre muy cerca del Sol.

Venus se hace invisible cuando se encuentra en conjunción con el Sol, detrás y delante de él. Los períodos de invisibilidad son de 50 y 8 días, respectivamente. Se tienen dos períodos de visibilidad correspondientes a cuando lo vemos iniciando la noche luego de la puesta del Sol, que dura 268 días, y otro como estrella de la madrugada antes de la salida del Sol y dura 258 días.

Venus gira sobre su eje muy lentamente y en sentido contrario al de los otros planetas. El Sol sale por el oeste y se pone por el este, al revés de lo que ocurre en La Tierra.

Un día en Venus dura 243 días terrestres, mientras que un año de Venus, lo que le toma en dar una vuelta alrededor del Sol, dura 224, o sea que el día en Venus dura más que el año.

A diferencia de la Tierra o de otros planetas que tienen más de ochenta lunas, Venus no tiene ninguna.