La Nebulosa de Orión acompañada de Messier 43, una nebulosa de reflexión al norte de la primera. Créditos de la imagen: Luis Calle Rosasco.
Por: Ricardo Lewy Soler (ASTRO).
Una nebulosa de reflexión es una nube de gas y polvo que refleja la luz procedente de una o más estrellas cercanas.
Como cualquier nebulosa, se compone de gas, sobre todo hidrógeno y polvo.
La energía de estas estrellas no es suficiente para ionizar el gas que le conforma, pero es suficiente para permitir la dispersión de la luz que le hace visible. Como es luz reflejada, el espectro de la nebulosa es similar al de las estrellas que la iluminan.
Las nebulosas de reflexión son generalmente azules porque la dispersión es más eficiente para la luz azul que para la roja (es la misma razón que explica el color azul del cielo de la Tierra). Estas nebulosas son generalmente de colores azulados, aunque también podemos encontrar nebulosas de reflexión de otros colores como en el caso de la nebulosa que rodea al sistema Rho Ophiuchi.
Este tipo de nebulosas no son tan brillantes, por lo que suelen resultar más difíciles de observar. A menudo las nebulosas de reflexión y las de emisión aparecen juntas. Un ejemplo muy claro es la nebulosa de Orión, que combina regiones de emisión (M42) y de reflexión (M43). El centro de la nebulosa es iluminada por las estrellas jóvenes que forman el conocido cúmulo del “Trapecio”, mientras que el resto de la nebulosa emite luz propia. De hecho, es una de las nebulosas de emisión más brillantes y espectaculares del cielo.