Créditos de la Imagen: NASA, ESA, CSA, STScI; D. Milisavljevic (Purdue University), T. Temim (Princeton University), I. De Looze (University of Gent) (Para una versión de mayor resolución haga clic sobre la imagen)
Las estrellas masivas en nuestra galaxia Vía Láctea viven vidas espectaculares. Colapsando a partir de vastas nubes cósmicas, sus hornos nucleares se encienden y crean elementos pesados en sus núcleos. Luego de unos pocos millones de años para las estrellas más masivas, el material enriquecido es arrojado de nuevo hacia el espacio interestelar donde la formación de estrellas puede comenzar de nuevo. La expansiva nube de restos conocida como Cassiopeia A es un ejemplo de esta fase final del ciclo de vida estelar. La luz proveniente de la explosión de supernova que creó este remanente pudo haber sido vista por primera vez en el cielo del planeta Tierra hace casi 350 años, aunque a esa luz le tomó 11,000 años llegar a nosotros. Esta nítida imagen de la NIRCam del Telescopio Espacial James Webb muestra los filamentos y nudos aún calientes en el remanente de supernova. El cascarón exterior blanquecino con apariencia de humo de cigarrillo de la expansiva onda explosiva tiene casi 20 años-luz de ancho. Los ecos de luz de la cataclísmica explosión también está identificada en la detallada imagen del Webb del remanente de supernova Cassiopeia A.
Fuente: Astronomy Picture of the Day (APOD)