Créditos de la Imagen: CTIO, NOIRLab, DOE, NSF, AURA; Procesamiento: T. A. Rector (U. Alaska Anchorage), M. Zamani & D. de Martin (’s NOIRLab) (Para una versión de mayor resolución haga clic sobre la imagen)
La explosión ha terminado, pero las consecuencias continúan. Hace casi once mil años, una estrella en la constelación de Vela podía ser vista explotando, creando un extraño punto de luz visible brevemente a los humanos que vivían cerca de los comienzos de la historia registrada. Las capas exteriores chocaron contra el medio interestelar, originando una onda de choque que todavía hoy es visible. La imagen de arriba captura algo de esa conmoción gigantesca y filamentosa en luz visible. Al volar el gas alejándose de la estrella detonada, este decae y reacciona con el medio interestelar, produciendo luz en muchos colores diferentes y bandas de energía. Permaneciendo en el centro del Remanente de Supernova de Vela está un pulsar, una estrella tan densa como la materia nuclear que rota sobre sí misma más de diez veces en un solo segundo.
Fuente: Astronomy Picture of the Day (APOD)