El Sol es de color blanco. La luz del Sol está compuesta por luz de varios colores, que son los mismos colores del arco iris. Como todo cuerpo incandescente, el Sol emite luz en un espectro continuo de colores. El color verde es el más intenso y restado al azul del cielo se traduce en amarillo para la vista humana. Un objeto blanco es aquel que refleja por igual todos los colores que recibe. La nieve y las nubes son buenos ejemplos ya que, si el Sol fuera amarillo, la nieve y las nubes serían amarillas.
A pesar de que los humanos perciben el Sol de color amarillo cuando lo ven directamente, en realidad es blanco. El Sol está hecho de una colección de gases, como helio, hidrógeno y otros elementos. Es tan caliente que emite luz blanca. Si observaras el sol en el espacio exterior en lugar de hacerlo desde la atmósfera de la Tierra, parecería ser blanco en vez de dorado. Esto se debe a que la apariencia de sus rayos se distorsiona al pasar a través de la atmósfera terrestre.
El sol parece ser amarillo para los humanos porque de esa manera se interpreta su luz una vez que pasa por nuestra corteza visual (la corteza visual del cerebro es la parte de la corteza cerebral responsable del procesamiento de la información visual). Aunque el Sol da luz blanca, sus rayos se filtran al entrar en la atmósfera. Los elementos de la atmósfera filtran los componentes azules del espectro blanco de los rayos, dejando atrás componentes predominantemente rojizos y amarillentos. Los rayos se procesan como amarillos por nuestra corteza visual.
El Sol contiene diferentes tipos de átomos con cargas eléctricas que emiten luz a una longitud de onda determinada en función de la temperatura.
La NASA hizo un mosaico de los colores que emite el Sol, más allá del amarillo con el que nuestros ojos lo perciben. Este impresionante mosaico de fragmentos de imágenes del Sol captadas por diversas longitudes de onda. permite ver más allá de las gamas visibles para el ojo humano.
Las ondas de luz de diferente longitud transmiten información sobre los diversos componentes de la superficie de la estrella y su atmósfera, por lo que los científicos de la NASA pudieron «pintar» una imagen completa de los constantes cambios experimentados por la estrella.