Por José Ricardo Lewy, socio de ASTRO (para ver una versión de mayor resolución haga clic aquí).
La duración de la vida de una estrella dependerá de la masa que posea. Las que tienen más masa viven menos, pues generan y gastan su energía mucho más rápido, mientras que las más pequeñas gastan su energía más lentamente y por eso viven mucho más tiempo. Para la medición de la masa de las estrellas se toma como unidad de referencia la masa del Sol.
En algunas regiones del espacio, el medio interestelar se vuelve relativamente denso, formando las llamadas nubes moleculares. Algunas regiones de estas nubes moleculares comienzan a contraerse por obra de su propia gravedad y se van haciendo más densas. Entre más densa la materia, mayor es su gravedad, la presión en el interior de la nube sube, y la temperatura también aumenta. Cada glóbulo puede finalmente volverse tan caliente (alcanzando unos 10 millones de grados) y denso que se inician las reacciones de fusión del hidrógeno para formar helio y es allí cuando se puede decir que ha nacido una estrella. Este período de contracción puede durar entre 10 y 15 millones de años.
Entonces, el tamaño de las estrellas que nazcan allí dependerá de la masa inicial del glóbulo de la que se formó en la nube molecular. Este factor será la causa de los distintos cambios que sufrirá una estrella a lo largo de su vida, y que decidirán a su vez el tiempo que vivirá la estrella.
Los procesos internos que ocurren en las estrellas, en última instancia, son los determinantes de su vida, porque cuando el combustible nuclear se agota o los elementos químicos presentes en su seno ya no son capaces de seguir fusionándose para proporcionar energía pues ya no pueden transformarse en elementos más pesados, la estrella como tal deja de existir.
Las reacciones nucleares de las estrellas más grandes deberán realizarse en mayor magnitud para satisfacer la demanda de energía en forma de calor y radiación que va a ser expulsada hacia el espacio interestelar. Lo contrario sucede con las estrellas de menor o igual masa que el Sol que convierten su hidrógeno en helio de una manera más lenta, y por eso viven mucho tiempo.
Así, las estrellas de tipo espectral «O» y que tienen más de 30 masas solares, tendrán una vida de solamente entre los 3 y 11 millones de años.
Una estrella tipo «B», de unas 10 masas solares, vivirá unos 32 millones de años. Las del tipo «A», entre 3 y 5 masas solares, solamente tendrá una vida de 80 a 370 millones de años. Las estrellas de tipo «F» que tienen 1.5 masas solares, podrán durar unos 3 mil millones de años, mientras que las estrellas como nuestro Sol, que son del tipo «G», llegarán a vivir unos 10 mil millones de años. Las del tipo «M», que contienen entre 0.5 y 0.1 masa solar, son las más longevas, y podrían vivir entre 200 mil millones hasta un billón de años.