El conocimiento astronómico ha contribuido fuertemente al desarrollo de nuestra comprensión del universo, nuestra medición del tiempo y nuestras tecnologías, entre otras cosas, gracias a que somos una especie que puede acumular información a través de generaciones. Paradójicamente, los avances tecnológicos, especialmente las telecomunicaciones, no solo hacen más fácil el acceso a este conocimiento, sino que muchas veces también facilitan la difusión de información falsa que entorpece y pone en riesgo este valioso legado evolutivo.