Créditos y Derechos de la Imagen: Datos – Steve Milne & Barry Wilson, Procesamiento – Steve Milne
Delicados en apariencia, estos filamentos de gas sacudido y resplandeciente, están cubriendo el cielo del planeta Tierra en dirección de la constelación de Cygnus. Forman la parte occidental de la Nebulosa del Velo. La Nebulosa del Velo misma es un enorme remanente de supernova, una nube en expansión nacida de la explosión mortal de una estrella masiva. La luz de la explosión de supernova original posiblemente alcanzó a la Tierra hace más de 5,000 años. Arrojada en el evento catastrófico, la onda de choque interestelar cruzó a través del espacio barriendo y excitando el material interestelar. Los filamentos brillantes son en realidad más parecido a largas ondas en una lámina vista casi de perfil, notablemente bien separada acá en gas hidrógeno atómico (rojo) y oxígeno (azul-verde). Conocida también como el Bucle de Cygnus, la Nebulosa del Velo abarca casi 3 grados, o sea, casi 6 veces el diámetro de la Luna llena. Mientra que eso se traduce a más de 70 años luz a su distancia estimada de 1,500 años luz, este mosaico de dos paneles, hecho con telescopio, de la porción occidental, se extiende casi la mitad de esa distancia. Las partes más brillantes del Velo occidental se reconocen como nebulosas separadas,incluyendo a La Escoba de Bruja (NGC 6960) a lo largo de la parte superior de esta vista y al Triángulo de Pickering (NGC 6979) abajo a la izquierda.
Fuente: Astronomy Picture of the Day.