Créditos de la Imagen y Derechos: Josep Drudis, Don Goldman
Esta bonita nube cósmica se encuentra a unos 1,500 años luz de distancia; su forma y color recuerdan a un huevo azul de petirrojo. Se extiende casi 3 años luz, anidada segura dentro de las fronteras de la sureña constelación de Fornax. Aunque, reconocida como una nebulosa planetaria, no representa un inicio sino que corresponde a una fase final y breve en la evolución de una estrella avejentada. De hecho, visible en la imagen telescópica, la estrella central de NGC 1360 se sabe que es un sistema binario posiblemente consistente en dos estrellas enanas blancas evolucionadas, menos masivas pero mucho más calientes que el Sol. Su intensa, y de otra manera invisible, radiación ultravioleta ha arrancado los electrones de los átomos en la mortaja gaseosa circundante. El tono azul-verdoso predominante de NGC 1360, visto acá, es la emisión fuerte producida cuando los electrones se recombinan con sus átomos de oxígeno doblemente ionizados.
Fuente: Astronomy Picture of the Day.