Créditos y Derechos de la Imagen: Ruslan Merzlyakov (astrorms) (Para una versión con anotaciones haga clic sobre la imagen y para una de mayor resolución, siga este enlace)
Esta Luna hizo toda una entrada. Típicamente, una salida de la luna es silenciosa y serena. Tomando unos pocos minutos para asomarse completamente por encima del horizonte, la compañera orbital más grande de la Tierra puede permanecer relativamente oscura hasta que se eleva alta en el cielo de la noche. Sin embargo, hace casi una semana y a pesar de estar iluminada solo a la mitad por el Sol, esta luna saliente puso todo un espectáculo — al menos desde esta ubicación. La razón fue que, tal como se veía desde Limfjord en Nykøbing Mors, Dinamarca, la Luna salió por debajo de nubes dispersas cercanas al horizonte. El resultado, captado acá en una sola exposición, fue que la luz lunar se derramó a través de los espacios entre las nubes para crear lo que se llama rayos crepusculares. Estos rayos pueden abrirse dramáticamente como un abanico a través del cielo cuando empiezan cerca del horizonte, e incluso pueden parecer que convergen en el otro lado del cielo. Bien por detrás de nuestra Luna, las estrellas de nuestra galaxia Vía Láctea puntean el fondo, y la compañera orbital más grande de nuestra galaxia — la galaxia de Andrómeda — puede encontrarse hacia arriba a la izquierda.
Fuente: Astronomy Picture of the Day (APOD)