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El 8 de julio los madrugadores vieron a Mercurio cerca de la Luna vieja bajo en el horizonte oriental. En esa fecha el brillante planeta, el tenue resplandor del lado nocturno lunar, y la menguante iluminada por el Sol fueron captados en este paisaje celestial previo al amanecer desde el Parque Nacional Teide de Tenerife en las Islas Canarias. Nunca lejano al Sol en el cielo de la Tierra, el veloz planeta interior brilla cerca de su máximo en la escena del crepúsculo matutino. Mercurio se ubica justo debajo de la estrella zeta de la constelación de Taurus, Zeta Tauri, cerca de la punta del cuerno del toro celestial. Por supuesto el resplandor ceniciento de la Luna es el brillo terrestre, la luz de la Tierra reflejada desde el lado nocturno de la Luna. Una descripción del brillo terrestre, en términos de la luz solar reflejada por los océanos de la Tierra iluminando la superficie oscura de la Luna, fue escrita hace más de 500 años por Leonardo da Vinci. Esperando por el amanecer ya en camino en el primer plano están los centinelas del Sol del Observatorio Teide, conocidos también como (los domos grandes de izquierda a derecha) los telescopios solares THEMIS, VTT y GREGOR.
Fuente: Astronomy Picture of the Day (APOD).