Créditos y Derechos de la Imagen: Julien Cadena y Mickael Coulon; Texto: Natalia Lewandowska (SUNY Oswego) (Para una versión de mayor resolución haga clic sobre la imagen)
Las nebulosas planetarias como la Heckathorn-Fesen-Gull 1 (HFG1) y la Abell 6 en la constelación de Casiopea, son remanentes de la última fase de una estrella de tamaño medio como nuestro Sol. Pese a sus formas, las nebulosas planetarias no tienen nada en común con los planetas reales. Localizada en la parte inferior de la foto mostrada acá, HFG1 fue creada por el sistema estelar binario V664 Cas, el cual consiste de una estrella enana blanca y una estrella gigante roja. Ambas estrellas orbitan su centro de masas durante casi medio día de la Tierra. Viajando con la nebulosa entera a una velocidad casi 300 veces más rápida que el tren más rápido en la Tierra, V664 Cas genera una onda de choque con forma de arco azulado. La onda interactúa más intensamente con el medio interestelar circundante en áreas donde el arco está lo más brillante. Después de aproximadamente 10,000 años, las nebulosas planetarias se vuelven invisibles debido a la falta de luz ultravioleta que es emitida por las estrellas que las crearon. Desplegando bellas formas y estructuras, las nebulosas planetarias son objetos altamente deseados por los astrofotógrafos.
Fuente: Astronomy Picture of the Day (APOD)