Créditos y Derechos de la Imagen: José Pedrero (Para una versión más detallada haga clic sobre la imagen)
Vino desde el espacio exterior. Fue — en este caso un pedacito del tamaño de una arenilla de un núcleo cometario — posiblemente eyectado hace muchos años desde el cometa Swift-Tuttle, que orbita al Sol, pero desde entonces continuó solo también en órbita al Sol. Cuando la Tierra cruzó a través de su órbita, el pedazo de resto cometario impactó la atmósfera de nuestro querido planeta y fue visto como un meteoro. Este meteoro se descompuso, causando que fueran emitidos gases que brillaron en colores a su vez emitidos por sus elementos constitutivos. La imagen mostrada acá fue tomada la semana pasada desde Castilla-La Mancha, España, durante la noche del máximo de la lluvia de meteoros Perseidas. Ocurrió que el pintoresco trazo meteórico apareció en sólo uno de los 50 cuadros que también incluían a la Galaxia de Andrómeda. Las estrellas salpican el encuadre, cada una mucho más lejos que el meteoro. Comparada con las estrellas, la galaxia de Andrómeda (M31) está, de nuevo, mucho más lejos.
Fuente: Astronomy Picture of the Day (APOD)