Créditos de la Imagen y Derechos: Raúl Villaverde Fraile
Vistas como una gaviota y un pato, estas nebulosas no son las únicas nubes cósmicas que evocan imágenes en vuelo. Pero ambas están aleteando a través de este paisaje celeste amplio, abarcando casi 7 grados en el cielo nocturno del planeta Tierra, en dirección de la constelación de Canis Major. La expansiva Gaviota (arriba al centro) está a su vez compuesta de dos nebulosas de emisión importantes ya catalogadas. La más brillante, NGC 2327, forma la cabeza, con la más difusa IC 2177 formando las alas y el cuerpo. Impresionantemente, la envergadura de la Gaviota correspondería a casi 250 años luz a la distancia estimada de la nebulosa de 3,800 años luz. Abajo a la derecha, el Pato se ve mucho más compacto y abarcaría sólo unos 50 años luz, dada su distancia estimada a nosotros de 15,000 años luz. Inflada por los vientos energéticos provenientes de una estrella caliente y extremadamente masiva cerca de su centro, la nebulosa Pato está catalogada como NGC 2359. Por supuesto, el grueso cuerpo del Pato y sus apéndices alados también le dan su apodo popular ligeramente más dramático: el Yelmo de Thor.