Créditos de la Imagen: European Space Agency, Planck Collaboration
¿De qué está hecho nuestro universo? Para averiguarlo, la ESA lanzó al satélite Planck desde 2009 hasta 2013 para mapear, con detalle sin precedentes, las ligeras diferencias de temperatura en la superficie óptica más vieja que se conoce — el fondo del cielo cuando nuestro universo se volvió transparente a la luz por primera vez. Visible en todas direcciones, este fondo cósmico de microondas es un tapete complejo que sólo podría mostrar los patrones calientes y fríos observados si el universo estuviera compuesto de tipos específicos de energía que evolucionaran en formas específicas. Los resultados finales, reportados la semana pasada, confirman de nuevo que la mayoría de nuestro universo está compuesto principalmente de energía oscura misteriosa y nada familiar, y que aun la mayoría de la energía de la materia remanente es extrañamente oscura. Adicionalmente, los datos «finales» del Planck en 2018 ubican admirablemente la edad del universo en casi 13.8 miles de millones de años y que la rapidez local de expansión — llamada la constante de Hubble — está en 67.4 (+/- 0.5) km/s/Mpc. Extrañamente, esta constante de Hubble determinada para el universo tempranero es ligeramente más baja que la determinada por otros métodos en el universo tardío, creando una tensión que está causando mucha discusión y especulación.
Fuente: Astronomy Picture of the Day.