Créditos de la Imagen y Derechos: Yuri Beletsky (Carnegie Las Campanas Observatory, TWAN)
Captada la semana pasada luego del ocaso en una noche del otoño chileno, una excepcional luminiscencia aérea inunda esta vista de todo el cielo desde el Observatorio Las Campanas. La luminiscencia nocturna era tan intensa que disminuía partes de la Vía Láctea a medida que esta se arqueaba de horizonte a horizonte por encima de las alturas del desierto de Atacama. Originada a una altitud similar a la de las auroras, la brillante luminiscencia es debida a la quimoluminiscencia, la producción de luz a través de la excitación química. Registrada comúnmente a color por cámaras digitales sensitivas, la emisión de luminiscencia nocturna que se ve acá tiene una apariencia fiera. Predominantemente proviene de los átomos de oxígeno atmosférico a densidades extremadamente bajas y a menudo ha estado presente durante las noches en el hemisferio sur durante los últimos años. Como la Vía Láctea, en esa noche oscura la fuerte luminiscencia fue estuvo visible al ojo, pero sin color. Júpiter es la luminaria celeste más brillante, colocándose opuesto al Sol y cerca del bulto central de la Vía Láctea que se alza por encima del horizonte oriental (arriba). Las nubes de Magallanes Grande y Pequeña brillan ambas a través de la luminiscencia abajo a la izquierda del plano galáctico, en dirección del horizonte sur.
Fuente: Astronomy Picture of the Day.