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La luz combinada de estrellas a lo largo de la Vía Láctea se refleja en estas nubes cósmicas de polvo que se remontan a 300 años luz, o algo así, por encima del plano de nuestra galaxia. Conocidas por algunos como nebulosas de flujo integrado y encontradas comúnmente a altas latitudes galácticas, los polvorientas nubes cirros galácticos son tenues. Pero pueden ser delineadas sobre grandes regiones del cielo en dirección de los polos norte y sur galácticos. Junto con la reflexión de la luz estelar, los estudios indican que las nubes de polvo producen una luminiscencia rojiza tenue cuando los granos de polvo interestelar convierten la radiación ultravioleta invisible en luz roja visible. Capturando también a estrellas cercanas de la Vía Láctea y distantes galaxias de fondo, esta notable imagen profunda y de campo amplio explora un complejo de cirros galácticos tenues conocido como Mandel Wilson 9. Abarca más de tres grados a través de los cielos de la Tierra en dirección de la lejana constelación austral de Apus.
Fuente: Astronomy Picture of the Day (APOD)